Una breve lectura donde podemos narrar y estudiar lo que es parte de la historia del Ecuador en las que se ha pasado por batallas exitosas para de esta manera, El Ecuador sea nombrado libertador entre libertadores.....
La Batalla Del Pichincha 24 De Mayo De 1824
La Batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822en las faldas del volcán Pichincha, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito en el Ecuador actual.
Nuestra Patria a lo largo de su historia ha tenido una evolución política importante, primero fue una confederación de tribus o Reyno de Quito, conquistados por los Incas, pero que luego pasó bajo el dominio del príncipe heredero quiteño; produciéndose de inmediato la conquista, luego la época colonial bajo la denominación de Audiencia de Quito, hasta que se produjo la independencia nacional.La Batalla con la que quedó sellada para siempre la independencia de nuestra querida Patria fue la que se llevó a cabo en el Pichincha, el 24 de Mayo de 1822.Los ejércitos patriotas reforzados con las tropas extranjeras, como el Batallón Numancia y el Granaderos, vinieron de la Costa, con dirección a Quito, donde estaban las fuerzas enemigas al mando del General Aymerich. Los ejércitos libertadores, con el General Sucre a la cabeza, llegó a Guayaquil con 700 hombres armados y equipados.Después de organizar sus tropas invadió la sierra con un ejército de 1500 hombres que iba acrecentándose en los pueblos de tránsito con numerosos voluntarios.Varios encuentros sostuvieron en el largo trayecto hacia el interior, obteniendo la victoria unas veces sobre los realistas y soportando otros desastres como el de Huachi, lugar cercano a Ambato.Con la llegada de refuerzos para las tropas libertadoras, Sucre pudo continuar el avance haciendo retroceder a las fuerzas españolas, que se situaron en la loma de Puengasí para resguardar la entrada a Quito.
lunes, 26 de septiembre de 2011
La Batalla Del Pichincha
Nuestra Patria a lo largo de su historia ha tenido una evolución política importante, primero fue una confederación de tribus o Reyno de Quito, conquistados por los Incas, pero que luego pasó bajo el dominio del príncipe heredero quiteño; produciéndose de inmediato la conquista, luego la época colonial bajo la denominación de Audiencia de Quito, hasta que se produjo la independencia nacional.
La Batalla con la que quedó sellada para siempre la independencia de nuestra querida Patria fue la que se llevó a cabo en el Pichincha, el 24 de Mayo de 1822.
Los ejércitos patriotas reforzados con las tropas extranjeras, como el Batallón Numancia y el Granaderos, vinieron de la Costa, con dirección a Quito, donde estaban las fuerzas enemigas al mando del General Aymerich. Los ejércitos libertadores, con el General Sucre a la cabeza, llegó a Guayaquil con 700 hombres armados y equipados.
Después de organizar sus tropas invadió la sierra con un ejército de 1500 hombres que iba acrecentándose en los pueblos de tránsito con numerosos voluntarios.
Varios encuentros sostuvieron en el largo trayecto hacia el interior, obteniendo la victoria unas veces sobre los realistas y soportando otros desastres como el de Huachi, lugar cercano a Ambato.
Con la llegada de refuerzos para las tropas libertadoras, Sucre pudo continuar el avance haciendo retroceder a las fuerzas españolas, que se situaron en la loma de Puengasí para resguardar la entrada a Quito.
Burlada la vigilancia enemiga y pasando por Los Chillos, Sucre con su ejército de 3000 hombres se propuso marchar hacia el norte de la ciudad para interceptar la llegada de las tropas que venían de Pasto en auxilio de Aymerich. Con este objeto, el 23 de Mayo de 1822 ascendió el ejército patriota por las breñas del Pichincha, sorprendiéndoles la mañana del 24, cuando dominaban la ciudad desde una altura de 3.600 metros.
Al darse cuenta de las maniobras ejecutadas por las tropas libertadoras, los realistas ascendieron también por la montaña con el propósito de desalojarlas, produciéndose el formidable encuentro a la vista del pueblo quiteño, que emocionado presenciaba la heroica contienda.
El combate resultó furioso y los guerreros de nuestra patria, así como los extranjeros, lucharon con bravura hasta acabar las municiones. Entonces los valientes soldados que querían terminar con la esclavitud entraron a pelear cuerpo a cuerpo. Después de luchar heroicamente, vencieron los patriotas, y Sucre bajó triunfante del Pichincha, mientras los españoles, que durante trescientos años habían dominado en tierras quiteñas, cayeron vencidos para siempre, librándonos definitivamente del yugo español.
En la Batalla de Pichincha se distinguió por su bravura y patriotismo un joven Teniente llamado Abdón Calderón.
Este soldado que casi era un niño, llevaba la bandera en la gloriosa batalla y con admirable coraje iba siempre adelante gritando ¡Viva la Patria! ¡Viva la independencia! y a pesar de haber recibido varias heridas pedía a los suyos que lucharan sin desmayo hasta obtener la victoria.
Los riscos del Pichincha se mancharon con la sangre del más joven y más valiente de los Tenientes de Sucre y con la de otros héroes que perdieron su vida para darnos una patria libre.
Ejemplos de patriotismo y heroísmo que nos hacen reflexionar que “las acciones valiosas fueron, son y serán la esencia misma de la Patria; esto implica que el ciudadano no sólo debe poseer valores sino que tiene la obligación de ser un valor él mismo, porque la Patria es espíritu y se alimenta de lo que haga cada uno de ellos. Porque las acciones valiosas salen a la luz, cuando en una persona se han concertado todas sus fuerzas y se desprende de lo superficial y egoísta que dentro de cada uno cabe, entonces estas acciones nacen, crecen y adquieren formas caprichosas y fantásticas.
Compartir con todos, analizar a quiénes se debe seguir y por dónde avanzar puede ser una encrucijada en la que diariamente tenemos que decidir para hacer de nuestra Patria además de libre, soberana.”
La Batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito en el Ecuador actual.
El encuentro, que ocurrió en el contexto de las Guerras de Independencia Hispanoamericana, enfrentó al ejército independentista bajo el mando del general venezolano Antonio José de Sucre y al ejército realista comandado por el general Aymerich. La derrota de las fuerzas españolas condujo a la liberación de Quito y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa colonial española de la que finalmente emergió la República del Ecuador.
Antecedentes
Podría afirmarse que la campaña militar por la independencia de la Presidencia de Quito se inició el 9 de octubre de 1820, cuando la ciudad costanera de Guayaquil proclamó su independencia de España después de una rápida y casi incruenta revuelta contra la guarnición local. Los líderes de la revuelta, una combinación de oficiales peruanos y venezolanos del Ejército colonial junto con intelectuales locales y patriotas, formaron un consejo de gobierno y un ejército con el propósito de defender la ciudad y extender el movimiento independentista a otras provincias de la Presidencia. Para entonces, el curso de las guerras de independencia en América del Sur había cambiado en contra de España; la victoria de Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá selló la independencia del Virreinato de Nueva Granada, mientras que en el Sur José de San Martín, tras haber desembarcado con su ejército en la costa peruana en septiembre de 1820, preparaba la campaña para la independencia del Virreinato del Perú.
Primeras campañas en la Real Audiencia de Quito
La primera campaña se llevó a cabo en 1820 en la independencia de Guayaquil. El gobierno independiente de Guayaquil formó un ejército de hombres locales, de tal vez 1.800 soldados, y en noviembre lo envió hacia la regiónsierra, con el propósito de sumar adeptos a la causa independentista. Tras algunos éxitos iniciales, como la declaración de independencia de Cuenca el 3 de noviembre de 1820, los independentistas sufrieron una grave derrota ante el ejército realista en la Batalla de Huachi, cerca de Ambato, que los obligó regresar a las regiones costaneras.
En febrero de 1821 Guayaquil ya había recibido refuerzos, armas y provisiones de parte de Bolívar, quien para entonces era Presidente de la República de Colombia, coadyuvado desde Santafé por el Vicepresidente Francisco de Paula Santander. En mayo del mismo año, el general de brigada Antonio José de Sucre, Comandante en jefe de la División Sur del ejército colombiano y el subordinado de mayor confianza de Bolívar, arribó a Guayaquil. El debía asumir la dirección del ejército Patriota, y empezar las operaciones con miras a la liberación de la ciudad de Quito y todo el territorio de la Real Audiencia de Quito. El objetivo político de Bolívar era incorporar todas las provincias de la Real Audiencia, incluyendo Guayaquil, a Colombia. Guayaquil, por su parte, no había decidido si incorporarse a Perú o Colombia, y muchos de sus ciudadanos querían establecer su propia República. El avance de Sucre a través de los Andes empezó en julio de 1821. Al igual que en la primera campaña, tras tener algunos éxitos iniciales, Sucre fue vencido por el ejército Realista el 12 de septiembre, coincidentemente en el mismo lugar donde ocurrió la anterior Batalla de Huachi. Esta segunda campaña terminó con un armisticio entre los independentistas y los realistas el 19 de noviembre de 1821.
Planificación
De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor estrategia para la próxima campaña sería evitar cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito vía Guaranda, en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca antes de redirigirse hacia el Norte, a través de los Andes, en dirección a Quito. Este plan ofrecía numerosas ventajas: al recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones entre Quito y Lima, y le permitiría a Sucre esperar por los refuerzos que entonces San Martín le había prometido enviar desde el Perú. Además, un progresivo avance desde la costa y ascensión a través de las montañas le permitiría a su ejército una gradual adaptación a los efectos fisiológicos del cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar un combate directo en condiciones desfavorables con las fuerzas Realistas que venían de Quito.
La campaña
Para enero de 1822 Sucre ya había organizado la nueva campaña. Su ejército constaba de aproximadamente 1.700 hombres, entre veteranos de sus campañas anteriores y nuevos reclutas. Había hombres de las tierras llanas de la Provincia de Guayaquil y voluntarios que provenían de la Sierra, como el héroe cuencano Abdón Calderón, cuyo padre había muerto heroicamente en 1812, defendiendo al Estado de Quito. Los dos contingentes pronto fueron organizados como el Batallón Yaguachi; también habían soldados neogranadinos y venezolanos enviados por Bolívar, unos cuantos oficiales y soldados españoles que habían cambiado de bando, un batallón entero de voluntarios británicos (el Albión) e incluso unos cuantos irlandeses y franceses. El 18 de enero el ejército Patriota se dirigió a Machala, en el llano. El 9 de febrero, tras haber cruzado los Andes, Sucre entró en el pueblo de Saraguro, donde su ejército se juntó con los 1.200 hombres de la División peruana, el contingente que San Martín había prometido. Esta fuerza (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito) estaba conformada en su mayoría por reclutas peruanos, existían también argentinos y alto-peruanos (bolivianos), el propio Andrés de Santa Cruz nació en el Alto Perú (actual Bolivia); tenía también oficiales argentinos, entre los que destacaban Félix Olazábal, Francisco Villa, ambos de Infantería y Antonio Sánchez de Caballería y un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes (argentino) al mando de Juan Lavalle. Al enfrentar esta fuerza multinacional de alrededor de 3.000 hombres, el destacamento Realista de caballería, de unos 900 hombres, que defendía Cuenca se retiró hacia el Norte, siendo perseguido a la distancia por la caballería Patriota. Cuenca fue entonces recapturada el 21 de febrero de 1822, sin que se disparara un solo tiro. Durante marzo y abril, los Realistas continuaron marchando hacia el Norte, logrando con éxito evitar enfrentarse con la caballería Patriota. Sin embargo, el 21 de abril se produjo un feroz encuentro entre las fuerzas de caballería en Tapi, cerca de Riobamba. Al final del día los Realistas nuevamente se retiraron, mientras que el ejército principal de Sucre procedió a capturar Riobamba, quedándose ahí hasta el 28 antes de reanudar su viaje hacia Quito.
Acercamiento a Quito
Monumento de la Nación a sus Próceres. En el Paseo Los Próceres existen fuentes, escaleras, calzadas y muros, además se encuentran estatuas de los principales próceres de la independencia de América.
El 2 de mayo de 1822, la fuerza principal de Sucre había alcanzado la ciudad de Latacunga, 90 km al Sur de Quito. Ahí Sucre procedió a reorganizar sus tropas, sumando voluntarios de los pueblos cercanos, mientras esperaba refuerzos, en especial el Batallón Alto Magdalena (de Colombia) y nuevos informes de inteligencia sobre el paradero del ejército Realista.
Mientras tanto, Aymerich alistó los puntos de resistencia y posiciones de artillería en los principales pasos montañosos que dirigían a Quito. Sucre, empeñado en evitar un enfrentamiento frontal en terreno desfavorable, decidió avanzar paralelamente a los flancos de las posiciones Realistas, marchando por las laderas del volcán Cotopaxi para así poder llegar al Valle de los Chillos, en la retaguardia de las posiciones defensivas Realistas. El 14 de mayo el ejército Realista, intuyendo las intenciones de Sucre, comenzó a replegarse, llegando a Quito el 16. Dos días después, y tras una muy difícil marcha, el ejército de Sucre ocupó Sangolquí.
Maniobras finales
En la madrugada del 24 de mayo de 1822, el ejército Patriota, conformado por 2.971 hombres, empezó a ascender por las laderas del volcán Pichincha. En la vanguardia estaban los 200 colombianos del Alto Magdalena, seguidos por el ejército principal de Sucre; en la retaguardia estaban los británicos del Albión, protegiendo el tren de municiones. A pesar del enorme esfuerzo de las tropas, el avance por las laderas del volcán fue más lento de lo que se esperaba, y la llovizna que cayó durante la noche convirtió los senderos en ciénagas.
Cuando amaneció, para consternación de Sucre, el ejército no había logrado un avance significativo, hallándose literalmente a mitad del camino, a 3500 metros sobre el nivel del mar y a la vista de los centinelas Realistas en Quito. A las ocho en punto, ansioso por el lento avance del Albión, y con sus tropas exhaustas y afectadas por la altitud, Sucre ordenó a su ejército detener el avance para descansar, pidiendo a sus oficiales ocultar sus batallones como mejor pudieran. Envió parte del batallón Cazadores del Paya (peruano) en una labor de reconocimiento, seguidos por el Trujillo, otro batallón peruano. Una hora y media después, repentinamente, los hombres del Paya fueron golpeados por una descarga, bien apuntada, de mosquetes. Esta acción dio inicio a la batalla.
Desarrollo de la batalla
El uniforme de los granaderos , actualmente guardia de honor del palacio presidencial de Quito.
Cuando amaneció, sin que Sucre lo supiera, los centinelas posicionados cerca de Quito avistaron a las tropas patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la intención de Sucre de flanquearlo por medio del ascenso al volcán, ordenó a su ejército de 1.894 hombres ascender la montaña lo más pronto posible, para enfrentar ahí a Sucre. Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos comandantes no tuvieron otra opción más que enviar gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las empinadas laderas del Pichincha, entre profundos barrancos y densos matorrales.
Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. El sobresaltado Sucre, sólo esperando que los españoles estén más cansados que sus propias tropas, envió al batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió. Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi (batallones patriotas), sufriendo muchas bajas y con pocas municiones, comenzaron a replegarse.
Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del Albión, que transportaba las municiones tan necesitadas; y sin embargo se desconocía su paradero. A medida que el tiempo pasaba, los Realistas parecían ganar el control de la batalla. El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón peruano Piura se dispersó antes de enfrentar al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del batallón Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la situación más o menos se estabilizó para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la retaguarda, rompiendo sus líneas en el momento indicado.[17] El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba conformado por veteranos españoles que habían actuado tanto en Guerra de la Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese momento se hallaba sobre los Patriotas y listo para atacar.
Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón estaba por cargar sobre la alicaída línea Patriota, fue detenido en seco por el Albión, que entró inesperadamente en la batalla. Resulta que el Albión consiguió avanzar a una posición más alta que la de los españoles. Pronto, el Magdalena se unió a la batalla, y el Aragón tras sufrir fuertes bajas, se desintegró. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al Paya, y cargó contra la línea Realista, que terminó por romperse.[18]
La Capitulación de Pichincha
A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad en la cima del Pichincha a más de 3000 metros de altura dieron el grito de victoria. La victoria fue de Sucre, la cual fue completada con la capitulación que el jefe patriota concedió al Mariscal Aymerich el 25 de mayo del mismo año. Con las operaciones cuyas acciones finales se produjeron en las faldas del Pichincha y en la ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada situación de Guayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la República de Ecuador, y facilitó su incorporación a la Gran Colombia. El 18 de junio de ese año, Bolivar le asciende a general de división y lo nombra intendente del departamento de Quito. Al frente de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso: funda la Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de la época: El Monitor. Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su actividad personal es buena prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito 52 comunicaciones. Interesado por la educación se puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó 20.
Resultado
Mapa de la Gran Colombia según Agustín Codazzi. El Mariscal Sucre compartía la visión política de Bolívar y la unidad de la "Patria Grande".
A pesar de que en el contexto de las Guerras de Independencia de Hispanoamérica la batalla de Pichincha figura como un conflicto menor, tanto en términos de su duración como del número de combatientes, sus consecuencias fueron bastante significativas. El 25 de mayo de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la República de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819. Asimismo, cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual se proclamaba la integración de su ciudad y provincia a la República de Colombia. Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad, como finalmente lo hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo general de la población, la antigua Provincia de Quito fue incorporada a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no decidía su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército Grancolombiano en su territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio de 1822.[
Antecedentes
La batalla del Pichincha no puede ser estudiada como un acontecimiento aislado en el trasunto independentista sino como el resultado de diversos factores que se iniciaron en Guayaquil el 9 de Octubre de 1820.
De allí en adelante los pueblos comenzaron a declarar su independencia y cuando en 1821 arribó el Cor. Juan de la Cruz Mourgeon, investido de plenos poderes como Virrey de Nueva Granada y Presidente interino de Quito, tuvo que hacerlo a hurtadillas, porque Guayaquil era libre y Bolívar acababa de triunfar en la Batalla de Carabobo; así es que Mourgeon salió de Panamá y en dos naves costeó hacia Atacames, pues cerca de Manta lo esperaba la flotilla de Lord Cochrane. De allí tuvo quo hacerlo a pié y en mula por el río Esmeraldas, subiendo y escalando montañas hasta que llegó a Quito, ingresando bajo palio y arcos triunfales y en medio de grandes aclamaciones.
Este inteligente Virrey había solicitado a! General Aymerich que hiciere pintar en las paredes de los edificios esquineros diversos artículos de la Constitución del año 12, alusivos a la libertad de expresión y demás derechos inmanentes. También castigó al corregidor de Ibarra, a quien acusaban de haber cometido abusos de autoridad. Igualmente y siempre para ganarse la opinión, reestructuró el Cabildo quiteño, integrándolo con elementos del bando independentista y no solo con españoles y realista como había sido la costumbre. También llamó a los esclavos jóvenes y solteros al ejército, liberó a los presos que fueron incorporados, tomó dinero prestado de los conventos y comunidades religiosas y mandó a enterrar a tres o cuatro cabezas disecadas que como trofeos de victoria se exhibían en jaulas de hierro en las principales plazas públicas de Quito, para escarnio de los patriotas.
Con estas medidas Mourgeon se granjeó el efecto de los pobladores y quizás otra habría sido la suerte de los realistas si no hubiera fallecido el 8 de Abril de 1822, a consecuencia de las heridas provocadas por una caída sufrida entre Esmeraldas y Quito, cuando se iba a posesionar de la presidencia de la Audiencia. Fue sucedido por el General Melchor de Aymerich, militar de poca instrucción, a quién correspondió capitular al día siguiente de la batalla del Pichincha.
Mientras estos acontecimientos se precipitaban en Quito, el Libertador seguía combatiendo en Pasto a numerosas partidas realistas. Sucre marchaba por Machala hacia Loja y el General Santa Cruz atravezaba el río Macará para unírsele y juntos enfrentar al Coronel Tolrá, Gobernador de Cuenca, que no les ofreció batalla, retrocediendo hacia el norte; pero en Alausí fue obligado a renunciar y lo reemplazó el Coronel López de Aparicio, que meses antes había defeccionado de los patriotas en Babahoyo.
Por estas mismas fechas pasaron a Guayaquil los Capitanes Juan Villegas y Juan Zoroa, que estaban al frente de las dos naves de Mourgeon en la rada de Atacamos, vendiéndolas en ochenta mil pesos oro; estas naves fueron utilizadas por Lord Cochrane y el Almirante Guisse para bloquear el Callao en 1825 y a Villegas y a Zoroa no se les volvió a ver la cara por estos contornos pues volaron a disfrutar del dinero en otros países, que no en España. Ya en Cuenca, el General Sucre ordenó a Diego Ibarra que se adelantara a Riobamba y en las cercanías de esa ciudad ocurrió el enfrentamiento con el enemigo, en mortal encuentro a arma blanca en que las pérdidas fueron cuantiosas para ambos bandos. Este triunfo le facilitó el camino a Quito y la destrucción del reducto realista de Guaranda, para lo cual comisionó al Coronel Masa, que se trasladó a esa villa y exterminó a las guerrillas que acaudillaba el célebre abogado Dr. Víctor Félix de San Miguel y Cacho.
Enseguida Sucre bordeó la quebrada de Jalupana desviándose al camino de Limpio-Pungo y trepó por las faldas del Cotopaxi y Sincholagua, hasta que el 16 de Mayo y a solamente 8 días de la célebre batalla, avistó el fértil valle de los Chillos y acampó el 19 frente a los realistas. Entonces el Coronel José María Córdova empezó con el grueso de las tropas a ocupar las alturas del volcán Pichincha, pero Aymerich, que lo observaba, se apresuró a imitarlo, llegando primero a la cumbre con López de Aparicio que tuvo que abandonar la caballería para maniobrar en las alturas. Córdova comenzó la lucha a las 9 1/2 de la mañana del 24 de Mayo.
Media hora después el parque de municiones de los patriotas estaba agotado y Córdova se retiró ordenadamente con sus dos Compañías del batallón colombiano «Magdalena», del batallón «Cazadores del Paya» y del «Trujillo» -formado con elementos del Perú, Cuenca y Loja- para retornar con otra provisión de municiones y cartuchos y con el resto de la infantería que dirigía el General Mires y el batallón «Yaguachi» al mando del Coronel Antonio Morales y Galavís, recién casado con la guayaquileña Carmen Vítores y Campe y donde figuraba como abanderado el joven Teniente Abdón Calderón. Nuevamente consumido el parque, se replegaron los patriotas por segunda ocasión.
Los españoles aprovecharon para atacar con mayor furia, pero ocurrió lo inaudito, Córdova paró en seco y dando media vuelta ordenó cargar a bayoneta calada, entablándose una terrible lucha cuerpo a cuerpo en donde los ayes de dolor se escuchaban por doquier. Tres compañías del batallón realista «Aragón» trataron de sorprender la izquierda de los patriotas pero se encontraron con el «Albión» formado por ingleses venidos de Venezuela a combatir por la independencia. Este hecho decidió la victoria por la Patria, pues los del «Albión»,que venían retrasados y estaban frescos, arrasaron al «Aragón», mientras Córdova daba buena cuenta del resto. La batalla había concluido a las doce del día y en Quito se comenzaron a escuchar tímidamente los primeros «Viva la Patria», mientras en las faldas del Pichincha la caballería patriota correteaba a los dispersos españoles que huían y se desbandaban desordenadamente hasta ser apresados.
Sucre comisionó a su Edecán O Leary para que intimidara la rendición a Aymerich que se hallaba en Quito. Esa noche la ciudad permaneció despierta mientras los heridos eran internados en diferentes casas particulares y en el Hospital de San Juan de Dios.
El 25 entró Sucre acompañado de Córdova, Mires y Santa Cruz y cuatro días después fue anexada la ciudad a Colombia, jurándose la Constitución de Cúcuta como ley suprema.
La batalla del Pichincha ha sido una de las más difíciles de la historia pues se desarrolló a 3.600 mts. de altura y en una zona por demás agreste y escarpada, llena de precipicios y de niebla, donde el menor descuido podía costar la muerte.
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